(StatePoint) Si bien puede ser tentador pensar en la pandemia como algo que ocurrió en el pasado, la realidad es que la COVID-19 sigue siendo una carga significativa en los Estados Unidos. A fecha de noviembre de 2022, hay más de 39,000 casos nuevos, más de 3,000 hospitalizaciones y alrededor de 350 muertes atribuibles a la COVID-19 cada día.
“Todavía no estamos fuera de peligro”, dice el Dr. Albert A. Rizzo, director médico de la American Lung Association. “Por eso es tan importante que las personas con alto riesgo entiendan cuándo deben hacerse la prueba de la enfermedad y aprender más sobre las opciones de tratamiento disponibles”.
En respuesta al conocimiento científico en desarrollo, la American Lung Association, con el apoyo de Pfizer, tiene como objetivo alentar a los adultos mayores, las personas que viven con enfermedad pulmonar crónica y otras personas de alto riesgo, para que hablen con su proveedor de atención médica sobre sus opciones de tratamiento si dan positivo por COVID-19.
Pruebas
La temporada de resfriados y gripe está sobre nosotros, y continuaremos viendo un aumento en los casos de enfermedades respiratorias infecciosas, incluida la gripe, el virus sincitial respiratorio (VSR) y la COVID-19. Si experimenta síntomas que podrían ser de COVID-19, hágase la prueba de inmediato. Tenga en cuenta que muchas enfermedades respiratorias infecciosas tienen síntomas similares, de modo que, durante la temporada de gripe, es especialmente importante hacerse la prueba para averiguar qué virus tiene y qué tratamiento es el adecuado para usted.
Si está expuesto a la COVID-19 pero no experimenta síntomas, también debe hacerse la prueba al menos cinco días después de la exposición, siendo el día 0 el día del contacto. También puede plantearse hacerse la prueba antes de visitar a alguien con alto riesgo de enfermedad grave por COVID-19.
Si su prueba de COVID-19 resulta positiva y es de alto riesgo, hable con su proveedor de atención médica de inmediato sobre las opciones de tratamiento disponibles.
Tratamiento
El tratamiento puede ayudar a prevenir enfermedades graves y reducir el riesgo de hospitalización. En función de su situación, su proveedor de atención médica puede recetarle uno de los siguientes:
• Medicamentos antivirales orales, que pueden reducir la propagación de la COVID-19 en todo el cuerpo al evitar que el virus haga copias de sí mismo. Este medicamento debe tomarse tan pronto como sea posible después del diagnóstico y en los cinco días posteriores a la aparición de los síntomas.
• Tratamiento con anticuerpos monoclonales, un medicamento antiviral de infusión intravenosa, puede ayudar a su sistema inmunitario a combatir el virus al bloquear y limitar la cantidad de virus dentro del cuerpo. Este medicamento debe administrarse tan pronto como sea posible, y en los siete días posteriores a la fecha en que comenzó a sentirse enfermo.
Después del tratamiento, asegúrese de vigilar su estado e informar a su proveedor de atención médica de cualquier síntoma persistente o que empeore. Si comienza a tener dificultad para respirar o cualquier otro síntoma que indique una enfermedad grave, obtenga atención urgente.
Para obtener más información sobre las pruebas y el tratamiento de la COVID-19, visite Lung.org/treating-COVID.
“Si bien los tratamientos efectivos pueden ayudar a prevenir enfermedades graves después de la infección, la vacunación sigue siendo la mejor protección contra la COVID-19”, dice el Dr. Rizzo. “Mantenga al día sus vacunas. Consulte con su proveedor de atención médica para ver si es elegible para un refuerzo actualizado”.
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